Cáscaras, cicatrices y costras:
huellas que tarde o temprano desaparecen.
Arena
que fue roca, montaña, fuego
Masa infame de energía
Que vuelve a ser y seguirá siendo.
Algo más,
infinitas cosas más.
cuerpo y alma
- me siento muerto
acabado
finito.
…
- peor para mí que creo en la eternidad.
Como en una película los muertos que costaron mi noche.
Una tira de rostros desconocidos a la espera de una
palabra que desconozco.
.
es imposible la ausencia
estamos.
siempre.
vivos o muertos
estamos.
con dios y con el diablo
con la tierra y los planetas
con el cosmos
conscientes o inconscientes.
con los árboles y los satélites,
en el diluvio, en la sequía.
en el infinito equilibrio.
no diviso las distancias,
no existen.
me siento presente,
impersonal,
neutro.
me siento hidrógeno.
Un cuento gris
Perla camina, su propia piel. Tienen en una mano tres libros, tiene en un pie tres dijes. Dije que el sol era un péndulo, un plato de plumas, una larva enroscada. Perla es ciega.
En la calle de mi amada florecen los lirios, las sábanas en los balcones flamean como banderas, tan blancas que encandilan. Los santos inocentes juegan a la mancha, lloran las madres. En la calle de mi amada marchan felices los inmigrantes. Perla es ciega.
Hay algunos que pelean por mi Perla (ella es ciega) mas nadie la merece, Perla los ignora. Otros la ignoran, Perla los desea: Perla es ciega. Están sentados en una vereda, verticales clavan sus estacas, escupen vulgares todo el tiempo, se arrodillan en el pasto y rezan, se drogan todo lo que sus cuerpos resisten y danzan como poseídos por el mal.
Un día Perla salió a caminar; bajó por su calle hasta la avenida del mar, miró todos los rostros, comió todos los frutos, subió todos los puentes, adoró a todos los santos. Perla es ciega.
Dejó en su cuarto la radio encendida, la cama tendida y la biblioteca tan desordenada como siempre. La ropa mojada en la terraza, la perra dormida bajo el sol.
vos estabas en el andén
yo buscaba la luna
en esa inmensa estación.
yo creía en el sufrimiento
de Cristo en el calvario.
vos leías a Artaud.
mis fantasías infantiles
vagaban por desiertos fértiles.
vos trasgredías las reglas
navegando un papel-barco.
me marchaba del lugar
a buscar la luna
en la claridad de la noche.
corriste siguiéndome,
me quedé mirándote,
y corrimos.
hasta la luna de papel
de aquel sucio teatro de sótano.
corrí siguiéndote,
pero te perdí en la multitud.
volví a casa,
lavé mis pies,
y volví a correr en mis sueños:
detrás de la chica de la luna.
corrí detrás del sueño
a través de la estación,
detrás del tren que se alejaba
llevándote consigo.
Habito en la antigua experiencia de la dicha infeliz.
Un esplín agradable.
Imperar.
Solo respirar.
Puedo modular el mundo.
En mí
Un vacío
Algo se pierde
Un tiempo
No se recupera
Los años
Las horas
En mí
Un vacío
Algo se agota
Un tiempo
Se pierde
La palabra
…me tragué el océano al poco tiempo de aprender a caminar…
¡Te lo mostro!
Los pitufos
Torombolos
La tolola
El tarambana
El tuca
Cien gramos
La araña pollito
El uruguayo
La vaca Aurora
El peque
El colo
La comadre
La paraguaya
La soda estereo
La maradona
La merci
La pequeña
La cuca
John cuker
La flaca
El tigre
El yoryi
El charo
El pipi
La gorda
El hippie
El lennin
Corbata cuá
Margarito…
¡y la mar en coche!
.
Dolorido en esta bolsa de arpillera:
filtro inmundo de mis vivencias.
Sé que no soy ninguna cosa material
Barro, madera, plástico... tal vez.
O más.
El tiempo acá es tan insignificante, que el recipiente que contiene lo que soy es para mí sólo un revuelto orgánico.
Más allá de esta absurda carrocería y de todas las estructuras ideadas por sociedades o individuos:
sé que no soy ninguna cosa material.
.
Tiempo
Primero y segundo tiempo.
Analógico, digital, solar.
Tiempo.
Histórico, humano, animal…
Tiempo, tiempo, tiempo!
Sobra tiempo.
Falta tiempo.
Vivo, muerto, inerte.
Fugaz, eterno, interno.
Tiempo de espera.
¡Judío, cristiano, sanjuanino!
Tiempo, tiempo, tiempo!
Segundos, minutos, ocasos.
Lineal, torpe, casual.
…………………….
Diabólica trampa de la civilización.
……………………
Usaré todas mis armas
Para vedar el tiempo.
.
Navegamos
Saliendo de la garra de un sentimiento salitre.
Fundimos agobio y amor
En la ansiolítica danza de lo cotidiano.
La vida pasa sobre mí en guerra.
.
Todo lo que toco muere
Como tus manos serenas
Que acariciaron mis yemas en mañanas frías.
Quemé el trigo y las flores que tu amor dio
Y herido seguí caminando por tu espalda, que es piel y fuego
Por tu cicatriz
Por tus días.
Hay perros que me gritan
Y tu cuerpo en flor
Mi amargo sosiego
Debilita mi corazón, fortalece mi sexo.
.
AUDRI
Ir a ud
Aura di ria
Dar dura radi
Dia da au ua
Rua da diur
Adu ri da di
Dar dar dar
Rudia ruda da riu
Idra audri da dia
Rud au ai
Au ua
Au ua
audri
.
en un rincón de aquella tela
una sagitaria y un sapo,
huevas y renacuajos.
el sol peinándose la melena
en el arroyo,
una anguila que pasa.
abejas obreras de un vecino,
miel y manteca,
pan casero, de cualquier casa.
tus piernas con barro hasta las rodillas.
no es la escena central del lienzo:
es mi favorita.
.
Leonardo y una figura infinitamente desdibujada.
Gemelo:
Una fotocopia borrosa de tu alma.
Un bajorrelieve en huesos
Agua, sales, aminoácidos.
Sangre en ebullición.
Setenta billones de células.
No existe la disonancia.
.
Un cuento platino.
Lucía vivía en una casa roja, con rejas rojas y flores rojas. Tan roja era su casa como el platino de sus ojos; rojos ojos rojos.
Delgada, muy delgada Lucía lucía su vestido rojo. Dormía de pie junto al fuego rojo de la estufa.
Vivía en soledad y sola trataba de platinar el rojo de sus ojos. Le gustaba rebotar de rama en rama, rojas ramas, Hare Rama.
No conocía lengua o alfabeto alguno. El único sonido que emitía era un canto rojo como un quejido del alma, almacenada alma en la roja coraza.
Lucía lucia una roja amapola polaca de pétalos espinosamente suaves. Aves volaban sobre su nave de ébano. Eran las alucinaciones de Lucía, que lucía su vestido rojo, que dormía de pie, que tenía platinados rojos ojos.
La misión del aura era destrozar la maldición roja de la malvada bruja pelirroja, que colgaba de un abeto rojo.
Lucía no conocía el sexo ni el oro ni el placer. Lucía no conocía su cuerpo. Lucía solo lucía su vestido rojo.
Yo:
Tomo mi cabello y lo arrojo al mar rojo.
Platino mis sienes.
.
Resumirme en un par de gotas
Ser absorbido por la tierra
Subir por las formas para ser vapor
Subir y volver a caer:
resumido
Un reflejo más o menos fiel de mi situación espiritual. Camino como converso; sin ton ni son, en zig-zag, haciendo ochos. De este lugar me gusta ver el viento, el sol y otro par de cosas. Pero ver tu chispa me inflama. Tus venas que a veces calmas, que a veces llamas. Un punto sangrando por nada. Una afilada uña abriendo la tierra, como tu lengua rasgando mi espalda: un arado.
.